El deporte intelectual es una pasión
La concentración
deportiva de ajedrez acoge a 30 chicos de varias edades para disciplinarlos en el
juego de la mente. En esta asociación varios estudiantes han concursado en
torneos panamericanos, nacionales e internacionales, y han sido acreedores a
primeros lugares.
En un pequeño espacio acogen a 20 genios de la rapidez mental. Bryan Masías jugaba con su opositor, León Puente, en un tablero de 64 escaques y 16 piezas móviles, el resto de los jugadores estaban entrenando en velocidad de juego. Cada uno de los tableros tiene como añadidura un cronómetro que revela la rapidez mental de cada jugada de los competidores. Se trata del ajedrez, un lugar donde aguarda la Concentración Deportiva de Pchincha.
Al ingresar se escucha más cerca ese sonido extraño, ese, en el que se hace una interrogante y no se desifra qué es. Las piezas chocan sobre el tablero, muchas veces se puede pensar que es un signo de agresividad, pero en realidad se trata de la lucha por ganar.
Cada
participante tiene un nivel de concentración del 55% al 80%, en la que entrenan cuatro
horas diarias, dependiendo la disponibilidad de tiempo pueden hacerlo en la mañana
o en la tarde. Estos chicos pasan gran
tiempo de su vida jugando al ajedrez, y a pesar de eso están tan familiarizados
con el olor a humedad que ya ni siquiera lo perciben.
Bryan Masías ha
estado en el mundo de los caballos, reyes, damas desde los 10 años. Nunca se
imaginó ser campeón sudamericano, campeón nacional de ajedrez tres veces, siendo el más
joven del país porque apenas tenía 17 años. Su preparación la realizó en Cuba y
ha estado en varios países del continente jugando en torneos mundiales. Gracias
a este deporte Bryan ganó una beca en
Estados Unidos para la carrera que él
elija. A pesar que el ajedrez le ha ayudado a tomar
buenas decisiones y pensar
siempre en algo acertado, actualmente no ha tomado una resolución con respecto a su vida académica, el dice que quiere hacer del ajedrez una profesión. Sin embargo está
convencido que va aceptar la oportunidad que le han dado. Quiere seguir
marketing en California, en el que le permiten seguir entrenando lo que le gusta. Lamentablemente Ecuador no le da la oportunidad de continuar con su estilo de
vida que es el ajedrez y estudiar una carrera universitaria. Él comenta ''Te dedicas a la
universidad o al deporte''.
Bryan ha
perseguido sus sueños desde que era un niño y desde que estuvo en quinto curso
empezó sus años de gloria y sus sueños se hicieron realidad. La suerte ha
estado de su lado desde entonces, ha movido muy bien las fichas del destino a
su favor. Estudió en el colegio Nacional Conocoto y su directora lo apoyó para
que siga en el deporte, para él fue cómo la dama del juego de su vida. Tuvo que
dejar sus estudios por un mes para realizar una preparación en Cuba y Rusia,
después de ese mes se integró nuevamente a su colegio.
Ahora Bryan tiene 22 años y con su corta edad ha sido maestro internacional en el 2010, tiene una norma de gran maestro, además ha ganado campeonatos panamericanos sub 20. Su preparación ha sido ardua, así lo dijo mientras tocaba uno de sus churos pegados a su cabello.
Bryan entrena de domingo a viernes, de cinco a seis horas diarias, y los fines de semana se dedica a los torneos. Las mañanas lo hace cuatro horas y en la noche dos horas de preparación física. Se trata de ejercicios cardo basculares, aunque la verdad su cuerpo lo dice todo, no es musculoso, pero si denota una fuerza física y además una capacidad mental extraordinaria, porque al momento de hablar lo hace con gran facilidad y espontaneidad.
Ahora Bryan tiene 22 años y con su corta edad ha sido maestro internacional en el 2010, tiene una norma de gran maestro, además ha ganado campeonatos panamericanos sub 20. Su preparación ha sido ardua, así lo dijo mientras tocaba uno de sus churos pegados a su cabello.
Bryan entrena de domingo a viernes, de cinco a seis horas diarias, y los fines de semana se dedica a los torneos. Las mañanas lo hace cuatro horas y en la noche dos horas de preparación física. Se trata de ejercicios cardo basculares, aunque la verdad su cuerpo lo dice todo, no es musculoso, pero si denota una fuerza física y además una capacidad mental extraordinaria, porque al momento de hablar lo hace con gran facilidad y espontaneidad.
Él asegura que
necesitas tener una buena preparación física para rendir en los torneos que
dura de 15 a 20 días y cada partida dura siete horas. Quiere ponerse como meta
entrenar 10 horas diarias. Para entrenar tiene que pasar un largo trayecto, ya que él vive en el condado, pero nunca ha tenido problema de movilisarse en bus, el único inconveniente es cuando la gente lo mira por su color canela y su aspectuda
espalda, pero quien diría que es un genio de la mente.
El cuarto
pequeño inundado de humedad acoge
una temperatura templada, si afuera hace frío
pues ahí no lo sienten. El lugar es alfombrado y a pesar de ser cálido se caracteriza por la
seriedad. En el lugar existen deportistas de varias edades, uno de ellos son los niños. Cuando están en
pleno juego, no existe nada más que un tablero cuadriculado de 8x8 casillas.
Anahí Ortiz es un claro ejemplo tiene 11 años y ha estado involucrada con el
ajedrez desde los 7 años. Ella siempre se divierte en su deporte favorito,
aunque su rostro demuestre al momento de jugar preocupación y angustia, por
dentro disfruta mucho de lo que hace. Anahí ha sido campeona en los torneos
panamericanos, en 2009 ganó el campeonato nacional categoría sub 9. También ha
participado en los torneos Gramprix, en el que consiste en competir con participantes de todas las
edades. Esa vez también se llevó el primer lugar.
¨Sin duda este
deporte les ha ayudado a muchos a salir de apuros, sobre todo con las
matemáticas, e incluso en su vida diaria para tomar decisiones¨, esas fueron las palabras del entrenador Manuel Martínez, de 49 años, que para
él no son sus estudiantes, son como sus hijos. Manuel trabaja en la Concentración Deportiva de
Pichincha hace 10 años y está dispuesto a seguir enseñando a varias generaciones más.
Sin duda la pasión por el ajedrez corre por las venas de la familia Martínez,
la hija mayor de Manuel es profesora de
este deporte mental, como sus nietos que quieren incursionarse en este deporte.
En los pasillos la alegría de los niños se hace presente, pero la competitividad es parte característica del lugar. Todos luchan para convertirse en campeones de sus propios sueños. Muchos han logrado cumplir sus metas, otros están en el proceso para dejar el nombre del Ecuador bien en alto.
AUDIO BRYAN MASIAS
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